HAY GUAITA PARA AÑOS

«El Valencia equilibró juego, dominio y posesión y dio la sensación de poder hacer daño en cualquier momento»

No sabíamos cómo iba a afectar la estruendosa derrota del Real Madrid en el Camp Nou al rendimiento de los futbolistas merengues. Sinceramente yo creía que lo que pasara dependería más de lo que hicieran nuestros futbolistas que de otra cosa. Los del Madrid, no cabía la menor duda, heridos en lo más profundo, jugarían este partido con toda la ambición y la intensidad posible. Ese es su fútbol, y ayer lo iban a poner en práctica elevando estos niveles a la enésima potencia.

Desde luego Mourinho tenía razón en la rueda de prensa posterior a la debacle de Barcelona: ojalá el siguiente partido fuese mañana y no el sábado. En alguna otra de sus apreciaciones no estuvo tan afortunado. Por ejemplo, me cansa bastante la calificación del estado actual del grupo que dirige como «equipo en construcción». ¡Ay, amigo!, en la casa blanca no se tiene tiempo para construir un equipo, sólo se desea ganar, y no precisamente partidos sino competiciones y títulos. Que se lo pregunten a tantos y tantos técnicos que por allí han pasado, siendo víctimas de tan exageradas e incongruentes urgencias.

Por lo que al Valencia respecta, un partido más las bajas de César, David Navarro y Mathieu condicionaban tanto la convocatoria como la alineación inicial. Y así fue. Cuando parecía que Unai iba a apostar, como en Vila-real, por un once inicial con tres centrales, que con los dos laterales hacían cinco en defensa, cuatro en medio campo y un solo punta, sorprendió con un 4-2-3-1 con Maduro y Albelda como medios centros y Tino Costa por delante. Ahora bien, si con esta decisión daba a entender que planteaba un determinado sistema para jugar contra un determinado rival, lo que de verdad me llamó la atención fue el planteamiento de Mourinho. Tres en medio campo, Xabi Alonso, Kedhira y Lass Diarra, dejando fuera al único delantero nato de que disponía: Benzema. Con la ausencia de Higuaín, parecía lógico concederle una nueva oportunidad. Si no fue así, dos razones se me ocurren para justificarlo: o no está contento con el rendimiento de Benzema o también el técnico portugués respetaba al rival.

Gran primera parte del Valencia. Muy bien en el aspecto defensivo, perfectamente colocados, acertadas ayudas y salidas al contragolpe eligiendo cada vez la mejor forma de hacerlo, unas veces con rapidez, otras con pausa, otras con verticalidad y otras con asociaciones de jugadores precisas y bien dirigidas.

Aun contando la oportunidad de Kedhira, a la que respondió Guaita de forma acertadísima, el Real Madrid no cuajó un buena primera mitad, sin creación en medio campo gracias al fantástico trabajo de Tino Costa controlando a Xabi Alonso, y sin llegada arriba.

En la segunda parte más de lo mismo. A pesar de las buenas oportunidades del Madrid y las grandísimas paradas de Guaita, el Valencia equilibró juego, dominio y posesión y dio la sensación de poder hacer daño en cualquier momento. Pero, como otras tantas veces, la expulsión de Albelda desfondó al equipo. La primera tarjeta no debió verla. El árbitro debe actuar con más diplomacia y no amonestar ni al jugador valencianista ni a Pepe. Y la segunda no debió propiciarla sabiendo que ya llevaba una.

A partir de ahí, complicado mantener la puerta a cero. Debemos valorar el esfuerzo y el juego del equipo por encima de cualquier otra cosa. Me quedo con el rendimiento de Vicente Guaita. Como dije en otras ocasiones, hay portero para años.
http://valenciacf.lasprovincias.es/noticias/2010-12-05/guaita-para-anos-20101205.html