Guaita, a la estela de Palop.

Como hizo el meta de l´Alcúdia en Highbury en 2002, Vicente confirmó su valía con un partidazo en Inglaterra.

P. FUSTER A pesar de llegar a casa de madrugada, Vicente Guaita se puso el despertador a las ocho de la mañana porque una hora después llegaban unos amigos suyos de Huelva al aeropuerto. Había sido el héroe del Valencia en Old Trafford, pero a él dos partidazos no se le suben a la cabeza, cogió su coche dirección a Manises y como llegó antes de lo previsto se puso a desayunar con la mala suerte de que el vaso de leche se le cayó encima. Tenía sueño, todo lo contrario que cuando se coloca bajo los palos. «Parece más fácil hacer un paradón en Manchester que coger el vaso de leche», debió pensar, después de saldar con excelente los partidos contra el Real Madrid y Manchester, ambos a domicilio. Guaita ha dado un paso al frente, siguiendo la estela que dejó Andrés Palop en 2002 tras exhibirse en Highbury contra el Arsenal. Los dos no son titulares, pero aprovecharon la oportunidad para lanzar un mensaje claro: «Aquí estoy yo». Guaita ha demostrado que puede ser el futuro portero del Valencia, pero es consciente que debe ir poco a poco buscando la perfección en cada ejercicio, la clave para después saborear el éxito.

Hay una frase común en los técnicos que dice lo siguiente: «uno puede entrenar muy bien, pero el nivel de un futbolista lo marcan los partidos». Guaita ha estado trabajando en la sombra y no es fácil dar el máximo cuando ves que ocupas el tercer escalón en la portería, por detrás de César y de Moyà. Él sabía que no debía perder el tiempo hablando con sus agentes y pensar en el mercado de invierno, debía entrenar al máximo por si tenía una oportunidad, que no podía desaprovechar. Las lesiones de elevaron al primer plano en escenarios de cinco estrellas, como el Bernabéu o Old Trafford, seguramente alguno de sus futbolistas ni sabían quién era, pero a partir de ahora le van a tener muy en cuenta. Su partidazo contra el Madrid no ha sido flor de un día, en Manchester mantuvo su gran nivel, en lo que se puede considerar un espaldarazo al trabajo bien hecho en la sombra. No va a jugar siempre «de diez», pero en su foro interno sabe que puede dar un nivel alto y ser el futuro guardameta del Valencia. En Huelva maduró. Allí nadie le regaló nada, empezó como suplente pero a los pocos partidos fue titular y nadie fue capaz de desbancarle. Nunca había salido de casa, digamos que se independizó y eso le hizo madurar en el aspecto personal y profesional. Cuando tuvo continuidad rindió a un gran nivel, al ser el portero menos goleado de Segunda. Ahora tenía otro reto, el de la confirmación, y ya ha obtenido su certificado de calidad.

No es fácil que un portero rinda al máximo cuando juega poco, la dificultad se multiplica en situaciones así, pero buscando la perfección en el día a día ha logrado colocar el listón —y a la vez su nivel de confianza— muy alto. Guaita se considera un apasionado de su profesión, ha aprendido a cuidar todos los detalles por pequeños que sean, consciente que le harán mejorar, de ahí que también esté con los ojos abiertos y prestando mucha atención a los consejos que recibe a diario. Se le considera un portero muy completo, pero aún puede mejorar, por eso tiene los pies en el suelo. Transmite mucha tranquilidad a su defensa, en Huelva aprendió a manejar bien los partidos. Es un experto en el mano a mano, es valiente en el juego aéreo, midiendo bien sus salidas, es bueno técnicamente, siempre está concentrado y presenta un buen juego con los pies… Guaita sabe ya cuál es el camino para ser el futuro portero del VCF.

http://www.superdeporte.es/valencia/2010/12/10/guaita-estela-palop/113602.html