El portero de Torrent no jugará el sábado. Necesita reposo y el problema del tercer portero lo impide.
A. GARCÍA Vicent Guaita lleva tres semanas y media estancado en su recuperación. Ni su esfuerzo en dobles sesiones ni sus tratamientos al cuidado de los médicos están funcionando. El edema óseo en el tercer metatarsiano la su mano derecha no remite. Las molestias no desaparecen y el de Torrent volverá a ver el partido del sábado desde el banquillo de Mestalla. Diego Alves volverá a ser el titular bajo palos. El portero valenciano se perderá su cuarto partido consecutivo —Real Madrid, Genk, Rayo Vallecano y Espanyol— y lo que parecía un contratiempo antes, ahora lleva camino de convertirse en un problema para la portería. Guaita y el Valencia necesitan soluciones.
La recuperación de Guaita no tiene visos de mejorar. Está estancada. El portero tiene las mismas molestias que tenía hace tres semanas. ¿Por qué? Fundamentalmente porque la única forma de recuperarse de un edema óseo y su consiguiente inflamación es con reposo absoluto. Y eso es algo que no está pasando. La desconfianza total del club y del cuerpo técnico en el tercer portero, Cristiano Pereira, no está permitiendo el reposo que necesita la mano de Guaita. El problema del tercer portero está pasando factura en la recuperación de Vicent. Primero, porque no le permite reposar de forma absoluta como requiere su lesión ósea. El de Torrent es consciente de que al tratarse de una lesión de hueso no existe la posibilidad de pasar por el quirófano. También le afecta porque está obligando a Guaita a ejercitarse y a no perder ritmo de entrenamientos. Aunque el portero ha disminuido las cargas de trabajo y la exigencia de esfuerzo física de su mano durante las últimas semanas, continúa entrenando. Y es que, sería un suicidio no hacerlo teniendo en cuenta que está entrando en todas las convocatorias de Liga y Champions League y que una lesión del brasileño en medio de un partido le obligaría a salir a competir al máximo nivel.
O Guaita para en seco o va a ser difícil que su edema óseo remita. Tampoco los técnicos quieren que vuelva a infiltrarse como ya hizo en los partidos de Liga ante el Zaragoza, el Getafe y el Levante. El portero necesita soluciones y, de momento, no las tiene. Mientras tanto, el de Torrent sigue a conciencia el plan de trabajo preparado por el cuerpo médico. Ayer, como también hizo el martes, empezó entrenando con el resto de compañeros, y acabó disminuyendo las cargas de trabajo dentro de la jaula mientras el equipo jugaba los habituales partidillos de mayor intensidad. Este calvario de Guaita empezó el pasado 23 de octubre en el partido de Liga que el Valencia enfrento al Athletic de Bilbao en Mestalla. El portero blanquinegro recibió un pisotón involuntario de Fernando Llorente en una acción embarullada en el área. Desde entonces, se infiltró para poder jugar contra Zaragoza, Getafe y Levante, paró en seco —solo entrenó con los pies— durante la primera semana del paro por las selecciones y comenzó su etapa de suplencias ante el Madrid. En aquel partido, el entrenador consideró que había que poner fin a las molestias y que no jugaría hasta que estuviera al cien por cien. Algo que todavía no ha pasado y que se antoja lejano.
http://www.superdeporte.es/valencia/2011/12/02/guaita-necesita-soluciones/146397.html
A. GARCÍA Vicent Guaita lleva tres semanas y media estancado en su recuperación. Ni su esfuerzo en dobles sesiones ni sus tratamientos al cuidado de los médicos están funcionando. El edema óseo en el tercer metatarsiano la su mano derecha no remite. Las molestias no desaparecen y el de Torrent volverá a ver el partido del sábado desde el banquillo de Mestalla. Diego Alves volverá a ser el titular bajo palos. El portero valenciano se perderá su cuarto partido consecutivo —Real Madrid, Genk, Rayo Vallecano y Espanyol— y lo que parecía un contratiempo antes, ahora lleva camino de convertirse en un problema para la portería. Guaita y el Valencia necesitan soluciones.La recuperación de Guaita no tiene visos de mejorar. Está estancada. El portero tiene las mismas molestias que tenía hace tres semanas. ¿Por qué? Fundamentalmente porque la única forma de recuperarse de un edema óseo y su consiguiente inflamación es con reposo absoluto. Y eso es algo que no está pasando. La desconfianza total del club y del cuerpo técnico en el tercer portero, Cristiano Pereira, no está permitiendo el reposo que necesita la mano de Guaita. El problema del tercer portero está pasando factura en la recuperación de Vicent. Primero, porque no le permite reposar de forma absoluta como requiere su lesión ósea. El de Torrent es consciente de que al tratarse de una lesión de hueso no existe la posibilidad de pasar por el quirófano. También le afecta porque está obligando a Guaita a ejercitarse y a no perder ritmo de entrenamientos. Aunque el portero ha disminuido las cargas de trabajo y la exigencia de esfuerzo física de su mano durante las últimas semanas, continúa entrenando. Y es que, sería un suicidio no hacerlo teniendo en cuenta que está entrando en todas las convocatorias de Liga y Champions League y que una lesión del brasileño en medio de un partido le obligaría a salir a competir al máximo nivel.
O Guaita para en seco o va a ser difícil que su edema óseo remita. Tampoco los técnicos quieren que vuelva a infiltrarse como ya hizo en los partidos de Liga ante el Zaragoza, el Getafe y el Levante. El portero necesita soluciones y, de momento, no las tiene. Mientras tanto, el de Torrent sigue a conciencia el plan de trabajo preparado por el cuerpo médico. Ayer, como también hizo el martes, empezó entrenando con el resto de compañeros, y acabó disminuyendo las cargas de trabajo dentro de la jaula mientras el equipo jugaba los habituales partidillos de mayor intensidad. Este calvario de Guaita empezó el pasado 23 de octubre en el partido de Liga que el Valencia enfrento al Athletic de Bilbao en Mestalla. El portero blanquinegro recibió un pisotón involuntario de Fernando Llorente en una acción embarullada en el área. Desde entonces, se infiltró para poder jugar contra Zaragoza, Getafe y Levante, paró en seco —solo entrenó con los pies— durante la primera semana del paro por las selecciones y comenzó su etapa de suplencias ante el Madrid. En aquel partido, el entrenador consideró que había que poner fin a las molestias y que no jugaría hasta que estuviera al cien por cien. Algo que todavía no ha pasado y que se antoja lejano.
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