A Vicente Guaita ya nada le asusta. El guardameta ha superado a base de paradas los escollos que en los últimos dos meses se está encontrando en el camino. Superó con matrícula los examenes del Santiago Bernabéu y Old Trafford; aprueba con nota en lo que a regularidad se refiere en Liga y ni la sombra del fichaje de Diego Alves ni tan siquiera la vuelta de César a una convocatoria le privó en el partido más trascendente que hasta la fecha ha jugado, el del Schalke 04, de mantener el alto nivel que está teniendo desde que Unai le diera galones.
El tiempo, ahora que con sus actuaciones se está ganando quedarse bajo palos, juega a favor de Guaita a la hora de sentarse a negociar su renovación. El Valencia quiere zanjar el asunto antes de julio. No quieren los gestores blanquinegros que Guaita inicie el próximo curso sin haber ampliado una vinculación que termina el 30 de junio de 2012. Ya hubo una primera toma de contacto en enero y en breve se pondrán en contacto para hablar de las nuevas condiciones.
Los agentes del meta no tienen prisa alguna en firmar. Guaita, quien lógicamente tiene uno de los salarios más bajos de la plantilla, quiere permanecer en el club de su vida, aunque también quiere que se le valore. No teme por la llegada de Alves, aunque el fichaje del brasiñeño pueda verse como una falta de confianza.
César quiere seguir.
El extremeño está ya recuperado. César, sobre su futuro, esperará a que el Valencia tome la iniciativa (si es que el club le quiere renovar) y si no fuera el caso, César buscaría otro destino porque tiene intención a día de hoy de seguir en activo.
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