Por fin debutó Guaita. El meta valenciano todavía no había disputado ni un solo minuto en lo que se lleva de pretemporada. A falta del Naranja de la semana que viene y de ese último amistoso que ha solicitado Emery para cerrar el ciclo de pruebas (el de Lecce), el guardameta tuvo anoche la oportunidad de reivindicarse como futbolista de Primera, tras una exitosa campaña en el Recreativo (estuvo cedido) donde consiguió el trofeo Zamora de Segunda. Y lo hizo, el joven portero cuajó una buena actuación, con al menos tres paradas de verdadero mérito.
Guaita jugó los 45 minutos del último choque ante el Palermo (Moyá disputó el partido ante el Nápoles). La última vez que Guaita se puso la camiseta valencianista fue hace dos temporadas en el cruce copero con el Sevilla (3-2). Aquel fue su octavo encuentro con el primer equipo. Desde entonces, la situación de Guaita ha cambiado de manera notable. Esa magnífica labor en el Recreativo abrió de par en par las puertas para que el de Torrent tuviera este año la opción de acabar como cedido también, pero en un equipo de Primera. Sin ir más lejos, el Levante lo pretendía. Pero Emery dio un giro brusco a la situación al decidir que la plantilla de este año tuviera tres porteros y no dos como ocurrió el ejercicio pasado.
A Guaita se le ha reservado un difícil papel puesto que la teoría dice que va a ser el tercer guardameta de la plantilla (tras César y Moyá), pese al interesante potencial que tiene. La duda es si este hecho no supondrá un freno en la progresión que ha demostrado tener. Tener a Guaita parado se presume en estos momentos todo un lujo y no parece que de momento vaya a mover el escalafón: César, titular; Moyá suplente y Guaita, con dos años más de contrato como blanquinegro, a la espera.
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