EL PORTERO CONSIDERA QUE NO DARÍA EL NIVEL SI JUEGA
Ha decidido no volver a infiltrarse y se lo ha comunicado a los médicos
Cree que lo mejor es que el convocado sea Saúl
Partido del filial. Domingo por la mañana. La Ciudad Deportiva se levanta con resaca tras la derrota del Valencia en Mestalla frente a la Real Sociedad. Los jugadores del primer equipo tienen libre y pocos se dejen ver. En el túnel de vestuarios, vestido de corto, tras una intensa sesión de trabajo en solitario, Vicente Guaita no le quita ojo al partido del filial ante el Orihuela. El portero de Torrente trabaja duro para intentar solucionar el problema físico que le está llevando a una situación surrealista.
El mismo Guaita aún no entiende el porqué de sus convocatorias. No le cabe en la cabeza el hecho de que Emery le lleve al banquillo si no puede jugar. Lo que tiene muy claro es que no va a volver a pincharse para poder jugar. El jugador ya le ha comunicado a los médicos que no está en condiciones de jugar y que no se infiltrará para hacerlo. De hecho, Guaita lleva más de veinte días sin ponerse los guantes y aún le quedan entre dos o tres semanas para volver a la normalidad de los entrenamientos.
Tiene que estar parado total por lo que lo de las convocatorias, no llega a entenderlo. El mismo Guaita reconoce que si en uno de los partidos en los que ha estado en el banquillo estando lesionado le hubiera tocado salir podría haber cometido algún error de bulto por la falta de físico y ritmo y por el dolor que aún persiste en la muñeca dañada.
El caso es que las constantes idas y venidas le han perjudicado y al final el portero se ha dado cuenta de que lleva casi tres meses sin por estar al cien por cien. Guaita espera con atención la próxima lista de convocados para la Copa del Rey. Ayer mismo pudo ver en directo a Saúl jugando con el filial.
Golpe a Parejo y Costa
El caso de Guaita es peliagudo, pero poco tiene que ver con los de parejo y Ricardo Costa. Tras recibir la bendición de Emery y ser titular en Mestalla, Parejo se llevó una de esas pitadas que hacen que a uno le tiemblen las piernas. El estadio no perdonó su juego y puede que el desencuentro acelere la marcha del futbolista en el mercado de invierno.
Un caso más duro es el de Ricardo Costa. El luso no aguanta ni una más. Se volvió a quedar fuera de la lista y su paciencia ha llegado a un límite. Costa siente que le están engañando y durante la presente semana hablará con el club para pedir que le dejen marcharse. El que no se irá, de momento, es Tino Costa. El Lille pidió precio por el centrocampista argentino pero en el Valencia han desechado la opción ya que el Tino es importante para sustituir a Ever Banega.
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